MI HISTORIA

Cuando era niño, le decía a mis padres que de mayor quería ser indio, pirata y actor. Vivir en Albacete, como lo hacía, hacía que el sueño de ser pirata, tal como yo lo imaginaba, pareciera imposible, así que decidí centrarme en los otros dos. Durante seis años estudié arte dramático en Madrid y, conseguí convertirme en actor y vivir de ello. Aunque dependiese en muchas ocasiones de lo generosos que fuesen los viajeros de aquellos vagones de metro, en los que interpretaba junto a Natalia.

Sin embargo, había un sueño mucho mayor… ser un indio. Y no descansaría hasta conocerlos. Fue por eso, y también por una profunda ruptura sentimental con “una india”, que decidí irme a donde siempre los había visto en las películas… a América.

Después de seis meses en Nueva York, logré llegar a una reserva india en el corazón del país, y por fin estuve con ellos. Fueron tres meses intensos, llenos de ceremonias, caballos salvajes que me retaban, serpientes de cascabel que no quisieron matarme y sonidos y luces en aquella tipi, que rompieron en mil pedazos mis no creencias.

El año y medio siguiente, viajando entre Los Ángeles, México, Guatemala y Cuba, me dio la claridad para darme cuenta de algo: lo que realmente quería ser de mayor no era indio ni actor. Lo que realmente quería ser, un contador de historias. Quería transmitir emociones, conectar con las personas a través de lo que me movía.

De regreso a España, me formé como guionista, realizador y director de cine, y emprendí este maravilloso viaje en el que me encuentro ahora, contando historias y ayudando a otros a hacerlo también. Ya han pasado bastantes años de aquel viaje que cambió mi vida. Desde entonces, han pasado muchas cosas que me han convertido en el ser humano que soy hoy. Quizá tengamos ocasión de que te las pueda contar, si nuestros caminos llegan a unirse de alguna manera.

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